LOS GRANDES POETAS ITALIANOS

En el periodo de entreguerras se desarrolla en Italia el hermetismo: breves poemas descriptivos o reflexivos, en presente, de lenguaje sobrio, cuya conclusión se deja entrever o se sugiere. Junto al afán de esencialidad típicamente vanguardista, hay en esta estética un rechazo a la ampulosa retórica del fascismo italiano.
Su primer cultivador es Umberto Saba (1883-1971) con su lírica subjetiva, sencilla, humorística y musical (Cancionero, 1921), pero el estilo se haría famoso con Giuseppe Ungaretti (1888-1970) prototipo de condensación y laconismo en poemas que son como fugaces destellos (Alegría de náufragos, 1919).
Salvatore Quasimodo (1901-1968) pasa de un hermetismo descriptivo de su Sicilia natal (Y cae la noche de repente, 1942) al compromiso.
Eugenio Montale (1896-1981), Poeta, periodista y crítico musical italiano nacido en Génova en 1896,quizá el mejor poeta de todos, pasea su mirada, de un sobrio romanticismo, por la vida y el hombre, con emoción contenida, ironía y musicalidad .
Interrumpió los estudios secundarios para estudiar canto, y luego sirvió como oficial de infantería en la I Guerra Mundial. Cuando decidió dedicarse a la poesía ya era un intelectual de vasta cultura que alternaba el gusto por la lectura de los grandes novelistas del siglo XIX, con la pintura y la música.
En 1939 sus manifestaciones antifascistas le valieron la suspensión por parte del gobierno como director del Gabinete Vieusseux.
Obtuvo el Premio Feltrinelli, el título de Doctor Honoris Causa por las Universidades de Milán, Roma, Cambridge y Basilea, el título de Senador vitalicio en 1966 y el Premio Nobel de Literatura en 1975.
"Huesos de sepia" en 1925, "Las ocasiones" en 1939, "El vendaval y otras cosas" en 1956, "La mariposa del café de la plaza" en 1956,"Satura" en 1971, "Treinta y dos variaciones" en 1973 y "Altri versi" en 1981, hacen parte de su valiosa obra.
Falleció en Milán en septiembre de 1981